El fenómeno de “la depresión” no cesa de insistir en nuestros días. Se ha establecido ampliamente en el discurso común así como en los medios de comunicación y parece incluso que exista un vínculo entre la época contemporánea y lo que llamamos depresión.
La Organización Mundial de la Salud, la O.M.S., constata que el problema de la depresión está adquiriendo la dimensión de una epidemia y nos informa de que en el mundo hay unos 350 millones de personas deprimidas.
Vamos a analizar qué características de nuestra sociedad pueden tener que ver con el auge masivo de este malestar.