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Psicología y psicoterapia para jóvenes

Adolescentes

DEPRESIÓN

Tristeza, irritabilidad, pérdida de interés en las actividades habituales, cambios en la alimentación, pérdida de peso, dificultades para dormir o dormir en exceso, autocrítica desmesurada hacia uno mismo o proyectada en otras personas, aislamiento, dedicar mucho tiempo a Internet, manifestaciones de ira espontánea, llantos, cambios en el rendimiento escolar, dificultad para concentrarse, son algunos de los signos que pueden hablar de una depresión en el adolescente.

ANGUSTIA, ANSIEDAD, NERVIOSISMO

Los adolescentes con niveles altos de ansiedad, suelen mostrar preocupación, temor, inseguridad, dificultad para decidir. Pueden ser perfeccionistas, necesitar la aprobación de los demás y pueden experimentar temor a la pérdida del control. Confían poco en sí mismos y pueden tener pensamientos negativos sobre sí. Los síntomas somáticos son frecuentes como náuseas, jaquecas, taquicardias, sudoración excesiva, mareos, temblores, dolores varios.

TIMIDEZ, FOBIA SOCIAL

Es habitual experimentar cierta inquietud y ansiedad cuando se conoce a gente nueva, al comienzo del curso, en una primera cita o al hablar con desconocidos. Para algunos la timidez representa un verdadero obstáculo para relacionarse debido a la evitación de situaciones ansiógenas que puede llevar al aislamiento social y al abuso de las redes sociales. 

CELOS

Sospecha, inquietud y recelo de que la persona amada haya mudado o mude su cariño, depositándolo en otra. El celoso puede tratar de controlar la conducta de su pareja, con quién se relaciona y someterla a interrogatorios e incluso llegar a espiar los mensajes y llamadas telefónicas, así como obsesionarse con un seguimiento en las redes sociales. Puede llevar a la violencia física o psíquica, causar depresión y ansiedad. A menudo se malinterpretan los celos como signo de amor.

IDENTIDAD SEXUAL

Si bien la identidad sexual es un proceso que tiene lugar en la primera infancia es en la adolescencia donde suele cobrar cuerpo. Las dudas acerca de la identidad sexual son frecuentes en el adolescente y suelen despejarse a medida que va madurando. Pero a veces pueden llevar a verdaderas preocupaciones que se pueden observar en síntomas de ansiedad, inseguridad, depresión, trastornos del sueño y de la conducta alimentaria, bajo rendimiento escolar, violencia, consumo de sustancias, etc.

DIFICULTADES DE PAREJA

La adolescencia es época de novedades: los primeros enamoramientos, la explosión de nuevas sensaciones eróticas, el primer noviazgo. El adolescente carece aún de la madurez de la sexualidad adulta lo cual hace que el encuentro con un fracaso amoroso, una desilusión o la caída de un ideal romántico, pueda hacer estragos de manera traumática en él. La inseguridad, los celos, los sentimientos homosexuales, de culpa, el recrudecimiento de los complejos hacen que la relación de pareja pueda ser una fuente de conflictos.

CONSUMO DE SUSTANCIAS

Los adolescentes pueden valerse de las drogas para combatir sus problemas (familiares, sociales, de autoestima, etc.) para impresionar a sus amigos o para encajar en un grupo, para sobrellevar cambios, enfrentar sus primeros contactos sexuales, amorosos y en general cualquier situación susceptible de despertar su angustia. La droga disminuye sus inhibiciones y facilita que se enfrente a situaciones difíciles. Para muchos es una experiencia pasajera pero otros desarrollarán una dependencia.

SENSACIÓN DE SOLEDAD

En la adolescencia prevalece una intensa necesidad de pertenencia a un grupo. El sentimiento de soledad puede surgir ante dificultades para integrarse socialmente, con sentimientos de ser incomprendido, de falta de escucha por parte de los demás, de los amigos o de los adultos, dificultades para poner en palabras sentimientos, para encontrar significados a experiencias nuevas e intensas, a la falta de personas con las que identificarse, de líderes, de ideales con los que ir forjando una personalidad en transformación continua.

CONFLICTOS FAMILIARES

El desencuentro entre padres e hijos alcanza su etapa crítica en la adolescencia. Se despiertan traumas infantiles que ahora tienen un matiz de significado nuevo. La angustia surge porque para afrontarlos al adolescente ya no le valen la identificación al padre o a la madre, ni sus consejos, como cuando era niño. Puede incluso rechazar todo lo que le viene de ellos. Surgen entonces conflictos, peleas, conductas desafiantes, reproches, volviendo difícil la convivencia y la educación, a veces imposible para unos padres perplejos, impotentes.

LA IMPORTANCIA DE LA AMISTAD

Los adolescentes tienden a escoger amigos con rasgos muy similares a los suyos y que atraviesan los mismos cambios físicos y psicológicos que ellos. Las identificaciones que surgen ayudan enormemente a disminuir las ansiedades y a vivir los conflictos que les abordan. Intiman fácilmente y esperan consuelo, respeto, amor, reciprocidad y lealtad. Es fundamental para ir labrando la propia identidad. La no aceptación por parte del grupo o no encontrar amigos acarrea serios sufrimientos al adolescente.

ALTERACIONES DEL SUEÑO

Es frecuente que las parasomnias (insomnio, hipersomnia, sonambulismo, bruxismo, terrores nocturnos, pesadillas, somniloquia, síndrome de piernas inquietas, etc.) sean un signo de ansiedad, o estén asociadas a cuadros depresivos, o bien ser consecuencia directa de consumo de estimulantes, alcohol u otras drogas. El déficit de sueño produce agotamiento, bajo rendimiento, irritabilidad, dificultad para comunicarse y para cumplir con obligaciones sociales, familiares y académicas.

ACOSO ESCOLAR (BULLYING)

Se trata de actitudes por parte de uno o más alumnos que implican conductas de maltrato psicológico y/o físico a otros alumnos, en el propio centro escolar o fuera de él. Implica insultos, humillaciones y amenazas, chantajes y propagación de rumores denigrantes, de romper o robar cosas de la víctima, ignorarla o aislarla, pegarla, y todo ello de manera metódica y prolongada en el tiempo. Agresores, víctimas y espectadores están implicados en una dinámica en la cual cada uno tiene su parte de responsabilidad.

CRISIS DE IDENTIDAD

El adolescente se puede defender enérgicamente cuando son cuestionados sus gustos, su aspecto o su lenguaje. Esto es debido a una identidad frágil y cambiante, apoyada en identificaciones quebradizas generalmente encontradas en grupos de amistad. En la infancia otras personas moldeaban su conducta pero el adolescente ahora quiere ser “él mismo”. Pese a todos sus esfuerzos perdura la pregunta: ¿Quién soy yo? ¿Qué es lo que quiero?

DIFICULTADES DE ADAPTACIÓN

Es difícil para el adolescente ajustar sus deseos y necesidades al entorno y a sus normas. Su empeño es integrarse en la sociedad y sentirse bien adaptado a las novedades de su propio cuerpo y a los cambios psicológicos que experimenta. Si no lo consigue se puede sentir frustrado y desconfiado, carecer de seguridad en sí mismo, tener una percepción negativa del mundo, sufrir cuadros de ansiedad, depresión, problemas con la comida o el sueño, síntomas somáticos, y defenderse de su angustia mediante el abuso de sustancias, ser hostil, o llevar a cabo conductas delictivas.

LA IMAGEN CORPORAL

El adolescente adquiere una nueva imagen de sí mismo debido a los cambios corporales que experimenta. Existe una preocupación, a veces excesiva, que puede oscilar entre el mayor nivel de agrado y aceptación, al mayor de los rechazos, intentando “disimular” esos cambios o bien realzarlos de forma exagerada. El adolescente se mira y remira en el espejo, quiere comprender: ¿soy realmente yo?

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