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Qué es el psicoanálisis

Desde que Freud inaugurara un nuevo modo de tratamiento del malestar psíquico todo un universo de posibilidades terapéuticas se ha desplegado desde entonces. El psicoanálisis sigue siendo hoy uno de los modos más eficaces de abordar el malestar contemporáneo. El estudio profundo y riguroso del ser humano le ha permitido al psicoanálisis fabricar técnicas universales, que valen para todas las épocas; son maleables y con capacidad de adaptación a los cambios de la sociedad, las nuevas estructuras familiares y relaciones parentofiliales, las nuevas formas de relación y comunicación de la sociedad contemporánea, así como tiene capacidad de trabajar con las nuevas maneras de expresión del sufrimiento, los nuevos tipos de síntomas.

Un síntoma es un modo de expresión de un conflicto interno implícito y posee la significación propia del sujeto que lo sufre. El psicoanálisis es un método terapéutico que libera ese sentido particular y que permite al sujeto subjetivarlo produciendo en él nuevas formas de estar en el mundo.

El psicoanálisis ha ido adaptando su técnica a las nuevas formas sintomáticas que surgen con el devenir de los tiempos y las modernas estructuras sociales. Así, por ejemplo, con Jacques Lacan y la escuela francesa, se acorta la duración del tratamiento, se consiguen resultados muy satisfactorios en la aplicación a la psicoterapia y se abre un nuevo camino para el tratamiento y la investigación de las psicosis altamente comprometido.

¿Cómo cura el psicoanálisis?

En ocasiones el sujeto no es capaz voluntariamente y por sus medios de salir de determinadas situaciones que perturban seriamente el discurso fluido de su vida. Esto es debido a que el síntoma, por desagradable que sea, tiene una razón de ser, posee una función en la economía estructural del sujeto.

El psicoanálisis contempla a cada sujeto como único y que precisa de atención individual y específica. Una adecuada escucha permite que el sujeto disponga de un espacio propio y privilegiado en el que poder dar libre expresión a sus ideas y necesidades personales e íntimas.

La técnica pone en juego al sujeto del inconsciente y permite que se manifieste de un modo diferente al de la expresión sintomática. Esto se consigue dando libertad al flujo del discurso y ayudando a subjetivar la verdad de su existir que se va poniendo en juego a medida que avanza la terapia. Se despeja lo que parecía un misterio insondable e irracional.

Metodología

El sujeto es invitado a realizar un trabajo personal que toma cuerpo en el tiempo a través de encuentros con el terapeuta. En ellos el sujeto da libre expresión a pensamientos, sentimientos, asociaciones de ideas, recuerdos, sueños, etc. La escucha y las intervenciones del terapeuta irán provocando movimientos en la subjetividad del sujeto que producirán efectos diversos: conciencia de verdades existenciales, caída de síntomas, cambios de posición respecto a figuras significativas de su entorno, modificaciones en la toma de decisiones, en la elección del tipo de pareja, etc.

Freud, psicoanálisis

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